En la imagen primera vemos a Manel Colomer primero por la izquierda, junto a su amigo piloto Antonio Armangué, y en la segunda, la vista del hidroavión Macchi M-18.
1922 MANEL
COLOMER LLOPIS piloto de Aero
Marítima Mallorquina, S.A. desaparece al realizar un amerizaje violento con su
hidroavión Macchi M-18
(Fotos:
Cortesía Fondo Josep Monés Amat – Josep Canudas y Wikipedia)
Hacía tiempo que en los medios aeronáuticos catalanes, se comentaba la
necesidad de establecer una línea aérea postal entre Barcelona y Palma de
Mallorca.
La empresa catalana Talleres Hereter S.A., a través de su director
gerente Jorge Loring, puso en marcha esta iniciativa llevando a cabo algunos
vuelos de ensayo con un hidroavión de la firma Savoia modelo S-9. Sin embargo, la empresa abandonó finalmente este
proyecto, entre otras razones, por la frágil situación económica que atravesaba
y que meses mas tarde habría de precipitar el cierre de la misma.
Pese a ello, muchos ciudadanos mallorquines seguían
interesados con esta idea, razón por la cual, animaron al piloto catalán
Manel Colomer de la empresa “Grupo Monteys,” -muy conocido en la isla por haber
efectuado diversos vuelos promocionales - para que acometiera la puesta en
marcha de un plan para operar con hidroaviones el enlace entre la Península y
las islas.
El 21 de Marzo de 1921, quedaba constituida en Palma de Mallorca, la nueva
sociedad AERO MARÍTIMA MALLORQUINA, S.A., financiada y dirigida por el grupo de
José Tous Ferrer, que designó a Colomer como Jefe de pilotos y operaciones.
Se adquirió un primer aparato Savoia
S-16, que se bautizó con el nombre de “Mallorca” seguido de otros tres hidroaviones de la
firma Macchi modelo M-18 con motor
Issotta Fraschini de 175 hp., que fueron bautizados con los nombres de “Barcelona” “Ibiza” y "Menorca”.
Una vez la Cía. dispuso de la concesión de la línea por parte del
Estado, el día 8 de abril de 1922, con gran solemnidad el M-18 “Ibiza” a las 13,45
horas con Colomer al mando y el mecánico Tizzi, levantaba el vuelo rumbo a
Mallorca y simultáneamente partía desde la capital balear el M-18 “Barcelona” con destino a la Ciudad
Condal, que llego sin novedad a la hora prevista, no así el M-18 “Ibiza” de Colomer que a falta de
noticias de su paradero, cundió rápidamente la alarma presagiando lo peor.
Efectivamente, el pesquero “Margarita Taberner” en ruta de Vinaroz a
Barcelona, notificó que a las 16.30 horas, había encontrado a 11 millas al S.E.
de nuestra costa a merced de las olas en posición invertida un hidroavión, y
asido al aparato a uno de sus tripulantes herido, que rescató, resultando ser
el mecánico señor Tizzi, no localizando al infortunado piloto Colomer.
Según manifestó después el mecánico Tizzi, el accidente podía haberse
producido como consecuencia de una parada del motor por rotura del cárter que
ocasionó la pérdida del aceite del mismo,
generando un incendio, que precipitó que la maniobra de amerizaje fuera muy
violenta. Asimismo, declaró que vio a su piloto Colomer con una herida en la
cara, en estado como desvanecido y agarrado a la cola del aparato y que de
pronto desapareció en el mar.
Manel
Colomer nacido en la célebre villa
barcelonesa de Torelló, había ingresado de mecánico en el primer taller de la empresa aeronáutica PUJOL COMABELLA i CIA.
en 1916 y obtenido el título de piloto en la escuela catalana en 1919, mediante
una beca concedida por el Ayuntamiento de Barcelona.
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